Así se siente ser mamá

Escucho tu llanto y me levanto de la cama, pensando que me necesitas, que estarás acostado llorando esperando a que te levante y abrace fuerte para consolarte. Pero entro a tu habitación y me invade un escalofrío cuando te veo parado en tus dos piernitas frágiles, una mano aferrada muy fuerte a uno de los barrotes de tu cuna y la otra estirada, no hacia mi, hacia el suelo en donde puedo ver que ha caído tu chupón y que lo único que quieres es poder alcanzarlo. Me invade un sentimiento de tristeza; espera, ¿acaso tengo celos de tu chupón? , no, la realidad es que tengo celos de tu independencia, de tu libertad, de que ahora puedas gatear y levantarte, de que mis brazos ya no sean tu único medio de transporte y de que los necesites cada vez menos. Pero es que el tiempo que hemos tenido pegados, tú apoyado en mi con mis brazos rodeándote ha sido tan poco, unos cuantos meses apenas... no los suficientes para aceptar que ya andes solo; que yo te acompañe más no te lleve. Egoístamente quiero más de eso. Me siento yo como una bebé que necesito de ti. Me siento yo tan pequeña, tan frágil, tan dependiente y necesitada de ti, de tu respiración cerquita de mi oído, de tu calor en mi cuello... pienso, ¿qué haces ahí? si, ¿Ahí parado? ¿viéndome como una personita grande? ¡Tengo ganas de empujarte!, ¡ De acostarte a la fuerza! De no dejar que te levantes y cargarte en mis brazos haciéndote sentir que me necesitas..... 

Algo pasa, un silencio, un momento... te miro, te digo con una sonrisa nostálgica "buenos días solecito" y me das tu sonrisa de buenos días erguido y orgulloso de tu hazaña.... yo, entre sentimientos pero orgullosa de tu logro, te aplaudo, te felicito y disfrazo otra vez mis sentimientos.... al fin y al cabo volverán una y otra vez como ha pasado con cada nuevo logro tuyo.... porque así nos toca sentir, a veces agridulce, porque las mamás sentimos todo; porque así se siente ser mamá.

Erguido, Orgulloso y feliz