top of page
  • Black Facebook Icon
  • Black Instagram Icon

De tu mano

  • Foto del escritor: anac
    anac
  • 13 nov 2018
  • 2 Min. de lectura

Junto a ti voy aprendiendo. Quiero decírtelo hijo mío aunque creo que ya lo sabes, tengo que decírtelo para quitarme esta culpa que me da cuando pierdo la paciencia.

Quisiera decirte que solo somos tu, papá y yo; o solo tu y yo.. pero no es así. Desde aquel día que decidiste salir a conocer el mundo, desde ese día ya no somos solo tu y yo. Y te lo tengo que decir mi amor, para intentar explicarte cómo es que a veces tengo más paciencia que en otros días. Tengo que explicarte como es que hay días en que no me enojo tanto o no me enojo nada.

El mundo está repleto de personas. La vida repleta de situaciones.

Muchas veces no tienes nada que ver con ellas, lo sé. Pero créeme hijo, a veces es tan difícil tener todo en equilibrio. Intento de todo, y muchos días salgo bien librada, pero a veces, ciertas cosas me preocupan o enojan y al primer disgusto tuyo termino por explotar yo también.

Hijo pero junto a ti voy aprendiendo. Aprendo a separar las situaciones. Aprendo a darte el primer lugar en mi lista.

Aprendo a respirar profundo cuando siento que ya no puedo más.

Hijo, a veces fallo. Discúlpame por eso. Soy una aprendiz más. Nunca es mi intención elevar la voz ni mucho menos tener una pelea. Jamás es mi intención lastimarte con mi actitud.

Hijo mío, hoy no miré tus manitas. Debí haberlo hecho. Recuerdo tu carita mientras te regañaba, olvidé que solo tienes dos añitos. No quiero echarme la culpa, solamente quiero explicarte. Y quiero plasmarlo para intentar no repetirlo. Recuerda que yo también aprendo. Aprendo a entenderte, aprendo a escucharte. Intento hacerlo bien. Intento hacerte sentir seguro para expresarte aunque creo que hoy fallé. Enséñame con paciencia y poco a poco aprenderé lo suficiente.

Hijo, no llores. No quise asustarte, mucho menos dejarte solo en tu cuna, se que no te gusta estar solo; sin embargo yo, yo si necesitaba unos segundos de soledad. Hago mi mejor esfuerzo, sábelo. Y como le he dicho a tu papá, estar enojados no es amar menos, al contrario, muchas veces es amar más.

E hijo, ese abrazo que me diste luego de levantarte el castigo, ese me enseña más que nada. Ojalá pudiera conservar ese calor para siempre. Ese abrazo que nos dimos tan apretado y calientito mi bebé, es perdón puro. Amor de verdad.

Se consiente de que el amor que te tengo, es para siempre. Y que toda la vida estaremos aprendiendo los dos. Tu de mi y yo de ti porque somos aprendices eternos. Nacimos el mismo día y desde ese sábado no hemos dejado de aprender de nosotros y la vida cada día.


Te amo siempre,


Mamá.




Comments


bottom of page