Gracias hijo mío por haber venido
- anac
- 1 nov 2018
- 2 Min. de lectura
No hay palabras.
Un suspiro apenas.
Tan fugaz.
Pequeños momentos.
Tantas alegrías.
Estoy segura que trajiste una misión grande.
La cumpliste pronto.
Seguiré imaginándote, cada día de mi vida.
Tal vez necesitábamos un ángel. Gracias por escoger serlo.
No voy a preguntar el porqué. Estoy segura que no lo voy a encontrar.
He encontrado miles de para qués y con eso estoy satisfecha.
Derramo lágrimas porque te deseaba en mis manos.
Siempre te imaginaba corriendo con tu hermano.
Me dueles en el alma.
Me falta una parte de mi.
La vida sigue, por supuesto.
Tu hermano pregunta por ti. Le digo que lo cuidas desde el cielo.
La vida sigue aunque te extraño. Porque tu escuchabas mis pensamientos. Supiste todo de mi.
Fuimos cómplices. Me hiciste compañía.
La vida sigue, y tu en ella cada día aunque no te pueda ver, oler, tocar.
Imaginábamos tu sexo, tu nombre...
No existe una ilusión que se compare a la espera de tu llegada.
Entiendo que este mundo tal vez no te merecía. No era el momento.
Se que no me dejas. Se que no es un abandono. Se perfecto donde estás y ahí un día te iré a abrazar tan fuerte que uniremos todas las lágrimas que se me cayeron con la noticia de tu partida.
Gracias por haber venido.
Gracias por escogernos.
Gracias por ser parte mía y parte de papá.
Espéranos ahí. Y cuida a tu hermano; el te ama desde que supo que venías en camino.
Sabes lo duro que fue ese momento.
Lloré porque aunque lo presentía en mi mente te decía “agárrate fuerte mi bebito” , “quédate conmigo”.
Nuestro souvenir; Así te llamaba yo. Mi “bebito rojo” ;Tu hermano te puso ese nombre y hablaba y preguntaba por ti diario.
Y ahora estoy aquí en esta cama de hospital, queriendo escuchar que nos equivocamos y que si hay latidos aquí adentro.
Es que eras mucho más que el segundo bebé. Traías tantos motivos contigo. Son cosas difíciles de comprender de esta vida.
Juro que hice todo lo que estaba en mis manos. Pero esa decisión no era mía. Tu ya tenías que irte a seguir con tu misión y yo tenía que dejarte ir y agradecer por haber sido tu casa y tu mamá 9 semanas.
Disfruté saber que estabas aquí. Me sentí acompañada y amada. Me regalaste una ilusión enorme, una alegría hermosa.
Gracias hijo mío por haber venido.
Te amo.
Nos veremos algún día. Cuídanos y cuéntale a Dios que nos conociste, que nos amamos y te amamos a ti también que somos tu familia y que espero algún día estar con ustedes.
Te amo siempre,
Mamá.

Comentarios