Tus brazos
- anac
- 16 jun 2018
- 2 Min. de lectura
A mi hijo Jacobo,
Solía correr a ti y tomarte en brazos cada vez que llorabas pensando que necesitabas de mí para llenarte de paz... en estos 8 meses, mi querido hijo, me he dado cuenta de que correr hacia ti y tomarte en brazos es lo que yo hago para que me colmes de paz, de esperanza, de amor; el calor de unos bracitos regordetos es mi escapada de la velocidad tan rápida a la que va mi vida y en donde suelo descansar, tomarme un respiro, descubrir lo hermosa que es la vida y los milagros que el amor puede hacer. Bracitos que se ven tan pequeños y frágiles, pero que son pura fortaleza con la que día a día encuentro lo mejor de mi para darme completa a ti. Fortaleza que me regalan esos bracitos tuyos para verte crecer y aprender tan rápido e intentar no llorar de nostalgia. Bracitos que me despiertan con cariños, bracitos que te levantan ayudándote a gatear y que me demuestran que pronto soltarás mi cuello y andarás tu con tu curiosidad por el mundo de mi mano, aferrados como si no quisiéramos aceptar que algún día nos soltaremos y solamente nuestros ojos y nuestras almas serán los cómplices del amor más puro que hemos conocido y solamente nuestros corazones sabrán lo que es latir uno al compás del otro cuando alguna vez fuimos mamá e hijo los dos en un solo cuerpo.
Te amo hijo, que tus brazos sean para mi esa paz eternamente y que los míos sean para ti esa cuna de amor a la cual regresar siempre que necesites calor, amor, silencio, paz, mamá.
Felices 8 meses Jacobo.

Comments