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Cada noche

  • Foto del escritor: anac
    anac
  • 18 oct 2019
  • 2 Min. de lectura

Cada noche cuando te acuesto pienso que puede ser la última vez que seamos nosotros dos. Me llena de nostalgia cada día, cada vez más.

Tengo que confesar que la incertidumbre de no saber en qué momento llegará tu hermano me está matando. Estoy ansiosa. Quiero abrazarte y mimarte todo el día. Quiero que sepas que siempre serás tu el que tenga este lugar en mi vida y en mi corazón. Cada día me quiero quedar más tiempo acostada en tu cama a la hora de acostarte como si te lo debiera. Como si algo inevitable estuviera por pasar. Y si está. Me encantaría decirte cuando y cómo va a ser pero esta vez mi solecito, esta vez yo tampoco tengo idea. Hoy te he visto dormir tanto tiempo... quisiera solo dormir abrazada de ti y dejar de esperar... pero en esta ocasión solo espero, espero y espero a saber qué es lo que viene, cómo será, cómo le haremos. Se que lo resolveremos juntos, solo que como ha sido en muchas otras ocasiones desde que naciste tengo ganas de pedirte una disculpa por algo que yo ni siquiera tendría que hacerlo. Porque se que tu vida cambiará por completo y cada segundo que pasa se que ese momento se acerca más y más. Te veo también desesperado por su llegada y creo que tal vez lo estas haciendo tu mejor que yo; pero no puedo dejar de sentir que quiero quedarme contigo y que nadie nos quite este tiempo juntos.

En fin. Esperemos juntos el momento, y entre los tres con papá, encontraremos, estoy segura, la manera de sobrevivir al cambio.

Estoy tan segura que tu serás quien me marque el camino porque te veo tan decidido y feliz de recibir a Felipe mientras yo cada segundo que pasa me lleno de miedo, culpa y nostalgia. Te amo mi sol. Gracias por siempre ser tu quien me enseña a pasar cada etapa de nuestra vida.

Te amo siempre, Mamá.




 
 
 

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