A mi la maternidad me aprieta

Hoy mientras estaba con Jacobo me puse a organizar en mi cabeza mis actividades para mañana que inicia la semana.... y no me cabían eran muchas las actividades y poco el tiempo... mi día estaba realmente “apretado” y entonces me di cuenta que a mi la maternidad me aprieta, y me ha apretado todo el tiempo y en todos los sentidos!

Mientras esperaba a Jacobo de pronto la ropa me dejó de quedar y en algún momento a la gran mayoría de ella ya la sentía bastante “apretada”...

De pronto yo ya estaba demasiado “gorda” y con muy pocas ganas de tener intimidad con mi pareja y fue así como de pronto me volví una “apretada” ...

Compré todo lo necesario para recibir a Jacobo en la casa! Compré tantas cosas que todo estaba demasiado “apretado” en la casa. En su cuarto sus cajones estaban llenitos de cosas, puras monadas y para cerrarlos tenía que “apretar” todo.

En general todo aquí en casa se apretó un poco más.

Con las consultas al doctor y su nacimiento, en general el gasto aumentó significativamente y entonces estábamos un poco más “apretados” de dinero. Había que “apretarnos” un poquito más para que rindiera mejor....

Al nacer Jacobo comencé a vendarme y posteriormente a usar la faja los dos meses seguidos al parto y esa faja no hacía otra cosa más que “apretarme” hasta asfixiarme pero decían que era necesaria para evitar la pancita!

Pero pasaba el tiempo y entonces comencé a vivir mi vida y mi rutina de mamá y de pronto la maternidad me apretaba! Era demasiado grande para mi! La maternidad me apretaba tanto que igual que mi faja me asfixiaba! Había momentos en que necesitaba huir y sentía que la maternidad era una camisa de fuerza tan apretada que me estaba comenzando a volver loca!

Me apretó tanto que me faltaba el aire! Me apretó tanto que me sacó moretones! Me apretó tanto que me sacó lágrimas! Necesitaba salir a la calle, correr libre! Ir a donde quisiera cuando quisiera! No quería estar apretada ni un minuto más pero eso era solo una fantasía porque lo estaba! Y como con un corset; cada día le jalaban más los listones y el espacio adentro era menor y cada segundo apretaba más y más!

Pero fue pasando el tiempo y entonces esa camisa de fuerza comenzó a apretar menos cada día!

Comencé a sentirme libre, y entonces buscaba algo que me apretara; creo que ya me había acostumbrado. Y no tuve que buscar mucho, lo encontré más pronto de lo que me imaginé, de pronto dos pequeños bracitos comenzaron a apretar mi cuello con abrazos!

Una pequeña manita apretaba mis dedos con los suyos! Un pequeño pechito se acurrucaba conmigo y se apretaba hacia mi corazón lo más fuerte que él podía.

Y así fue como la maternidad dejó de asfixiarme y comenzó a apretarme donde debía y donde quería, y yo empecé a disfrutar de aquello que antes me quitaba el aire y me impedía respirar!

Empecé a aprender que la soledad aprieta en momentos pero cuando creemos que nos va a ahogar siempre nos suelta a tiempo.

Nos aprieta el tiempo, porque nunca es suficiente para todo pero es el necesario para lo indispensable.

Nos aprieta el dinero porque tampoco es suficiente jamás, pero Dios nos da lo que sabe que necesitamos ni más ni menos.

Nos aprieta el corazón cuando las lágrimas se nos salen de los ojos porque nuestro bebé aprende un logro nuevo, o porque no podemos dormir o porque el cansancio nos agobia pero al día siguiente vemos a nuestro bebito y eso nos da un respiro.

En la vida siempre algo nos va a apretar pero me he acostumbrado a vivir con algo apretándome.

Doy gracias a Dios por esos bracitos que me aprietan cuando me abrazan, doy gracias a Dios por esos labios que me aprietan el cachete y me lo dejan mojado con esos besitos. Doy gracias a Dios por tener el corazón tan llenos de amor que se que tengo los sentimientos apretados.

Y a estas alturas creo que ya me gusta vivir siempre “apretada” apretada en actividades y en tiempo, pero sobre todo apretada en sentimientos y abrazos....

AnaC.

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