top of page
  • Black Facebook Icon
  • Black Instagram Icon

La Maternidad: El Reto

  • Foto del escritor: anac
    anac
  • 21 jun 2018
  • 4 Min. de lectura

Hoy, mientras platicaba con mis amigas en el café hablamos del gran reto que ha sido la maternidad para todas nosotras.


La maternidad se para frente a ti y te presenta uno a uno tus miedos, tus inseguridades y tus defectos. No queda más que reconocerlos y hablar con ellos de frente hasta que los desintegres por completo. No puedes correr. No hay a donde ir. Ya eres mamá.


La maternidad saca desde lo más profundo de ti, tu parte más oscura, todas las piedritas en tus zapatos que has escondido toda tu vida y todo a lo que siempre le has huido porque es muy fácil engañarte cuando estás tu sola pero cuando la maternidad llega no hay manera de correr de tus defectos. Hay defectos buenos, algunos que podemos convertir en virtudes, pero hay miedos, hay retos que no quieres cumplir... que postergas, que escondes y que solamente siendo madre salen a la luz. Por eso da miedo la maternidad. Por eso tienes que ser muy valiente para ser madre. Por que solamente una persona valiente es capaz de buscar, escudriñar, en lo más profundo de si misma y sacar lo que más le avergüenza, lo que más negamos y a lo que más le huimos; muchas veces son temores, muchas otras son culpas que traemos arrastrando desde hace años e incluso hay veces que ni siquiera los conocemos, ni siquiera sabemos que están ahí, pero también, hay veces que los tenemos perfectamente bien identificados y los negamos. Preferimos voltear para otro lado y hacer como que no existen.


En mi caso identifico alguno retos duros. Me ha costado mucho trabajo ser mamá en ese aspecto. Me ha costado darme cuenta que soy más imperfecta de lo que creí. Esas imperfecciones han sido mucho más grandes, se han magnificado desde que soy madre... pero también todos estos miedos, todas estas imperfecciones se han visto opacadas en su momento por mis perfecciones, por mis aciertos, por mis cualidades. Por que también siendo madre se hacen más notorias, resaltan, resurgen, porque si no no podríamos serlo, no lograríamos cumplir con esta gran tarea.


Cuando somos mamás solemos ser muy duras con nosotras mismas y no nos damos cuenta de las grandes personas en las que nos hemos convertido porque escuchamos y leemos muchas opiniones sobre la mamá perfecta, y todas por naturaleza buscamos esa perfección; esa que nos dice que debemos ser mamás pacíficas, amorosas, que nuestros hijos deben vernos felices, nuestras parejas bonitas y arregladas, que tenemos que hacer ejercicio y bajar los kilos de más... que tenemos que cantarle, arrullarle, contarle cuentos, andar en tacones, hacer comida, trabajar... tienes, tienes, tienes, tienes, TIENES, tienes que hacer mil cosas, y todo eso nos presiona, nos hace sentir que no podemos..... Tienes que darle pecho a libre demanda.. ¿a libre demanda?, ¿que? ... hay mujeres a las que nunca les bajó la leche o no les salió o no supieron como o el niño no se agarró, pero ahí estamos, forzándonos, todo el tiempo, haciéndonos sentir chiquitas, como si no supiéramos, como si no lo supiéramos hacer; todas sabemos, todas lo sabemos hacer, todas las mamás sabemos ser mamás, algunas somos mejores, algunas somos peores, a algunas se les da más, a algunas menos; pero por más defectos que tengamos, por más retos, los hijos no nos permiten ir para atrás, no nos dejan ser malas... mucho menos ser peores.... cada día tenemos que ser mejores, cada día somos mejores... sin darnos cuenta vencemos todo, vencemos los miedos, los obstáculos, los dolores, la falta de tiempo... nos volvemos invencibles, súper poderosas.... ser mamá te da poder, te da todo, todo lo que no tenías.


Ser mamá es el súper poder que el hijo te regala, ese que no te permite pensar en algo peor que ayer, no te permite ser peor que hoy; te exige, te exige mucho; es una prueba de resistencia física, mental, y emocionalmente.


Es una prueba para ver qué tanta estabilidad tienes, qué tanto puedes resistir, que tanto físicamente puedes resistir sin dormir, sin comer a tus horas, sin vivir con tu antigua rutina... Emocionalmente, qué tanto puedes vivir escuchando llantos, bajo esa exigencia, sabiendo que te necesitan y que debes estar disponible a la hora que te lo exijan, esa responsabilidad, eso que hacemos las mamás de hiper-vigilar a los hijos aún y cuando estamos dormidas, eso de escuchar a los hijos cuando tosen, se mueven, respiran mientras dormimos, qué tanto puedes llegar a aguantar. Es una prueba de resistencia mental... acordarte de todo, esterilizar, lavar, cambiar, limpiar, comprar, mecer, alimentar, maternar... cuenta las horas, las tomas, los cambios, los meses... te acuerdas de todo, tienes todo en la mente, tu pareja, tu hijo, tu casa, tu trabajo, tu misma... es una prueba de resistencia, como una final en las olimpiadas. Y la mamá siempre gana. Y la mamá siempre puede. La mamá se arma de valor, vence miedos, retos, defectos. Los identifica, los ataca, porque la mamá es valiente, porque la mamá es mamá.


Por que desde el momento en que engendras una vida ya tienes súper poderes, entregas cuerpo, mente, alma y corazón y desde que nace tu hijo esos poderes se magnificaron y no hay nada que no puedas cumplir.


Eso hacen los hijos, te retan, te enfrentan, te hacen fuerte, te hacen valiente.

Te hacen ser mamá.


Ana C.


Este post se lo dedico a mi amiga del alma @aleblack

 
 
 

Entradas recientes

Ver todo

Comentários


bottom of page