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Por favor, Para!

  • Foto del escritor: anac
    anac
  • 21 ago 2019
  • 3 Min. de lectura

No quisiera generalizar, ni tampoco escribir sobre un tema que aun no conozco.

Pero quisiera que este escrito te haga reflexionar y te haga parar si eres de las personas que hacen este tipo de comentarios.


Si, tengo un niño de uno, dos o tres años. Un hijo que pronto recibirá a su hermanito en casa. Un hijo que ha sido único durante toda su vida. A quien le hemos dado nuestra atención (tal vez de más, tal vez de menos, tal vez la necesaria), a quien le hemos dado nuestro tiempo, nuestro espacio, nuestra vida.

Si. Mi hijo no sabe de hermanos. No comprende de bebés y no conoce sobre embarazos.

Si. Mi hijo es ajeno a un cambio tan radical seguramente.

Si. Mi hijo solamente ve como la barriga de mamá crece sin entender el milagro de vida que lleva dentro.


A su corta edad busca comprender lo mejor posible los cambios físicos de su mamá, los cambios en la casa, los cambios en las actividades y en su entorno.


Si. Algunas veces él mismo pidió un hermanito sin saber exactamente la solicitud que hacía.


Es probable que mi hijo no sepa a lo que se enfrentará, no mida la magnitud del cambio que se avecina, del caos en el que la familia estará inmersa en pocos días.


Él solamente se sienta a observar. De vez en cuando pregunta. Fabrica una pregunta tras otra, intentando armas el rompecabezas de información sobre “un hermanito”, “un bebé”, un compañero”... y todo lo que ha escuchado que llegará a su vida próximamente.


Y yo como madre, intento prepararlo. Le explico. Le platico. Le cuento historias sobre mi, sobre mi “hermanito”, sobre sus primos...

Busco crear un camino plano, lo más seguro y fácil para que él pueda caminarlo en este proceso. Busco hacerle entender que no será reemplazado jamás, sino solamente acompañado por otra persona.


Parece que él entiende todo lo que le digo. Está ansioso por esa llegada. Se siente listo. Y al verlo y sentirlo listo yo me siento lista también.


Hasta que llegas tu. Y ajena a toda la situación que hemos vivido en nuestra casa. Ajena a los intentos de preparar con amor; ajena a las explicaciones eternas, las respuestas cariñosas que le hemos dado y lo que le hemos enseñado y transmitido sobre su hermanito llegas tu con el comentario que NO QUIERO ESCUCHAR. “A ver como te va con los celos”. “Y no te ha hecho más berrinches?”, “y no ha resentido mucho tu embarazo?”... y yo contesto corto y cambio el tema. Porque NO QUIERO CONTESTAR! Y NO QUIERO ESCUCHAR esos comentarios.


A ver cómo nos va? Pues ya veremos. Si a ti, a tu hermana, a tu mamá o a tu tía le fue mal con el comportamiento de su primer hijo cuando llegó su hermano por favor NO ME LO PLATIQUES.

Ya tengo suficientes preocupaciones, gracias. Ya tengo suficientes inseguridades. Ya me ocupo en intentar prepararme a mi y a mi pequeño y único hijo hasta ahora para recibir a uno más.

Basta con eso. Basta con los comentarios negativos hacia las mamás. No quiero saber tu opinión, no quiero poner una falsa sonrisa al escuchar esas historias sobre hermanos mayores que muerden a los menores, que les jalan el cabello, que se sienten reemplazados. No se si sucederá pero hago mi esfuerzo por evitarlo. Y si sucede tendré la idea de poderlo corregir y no de que así debe de ser. Por favor, no conoces a mi hijo, no sabes sobre su carácter, sobre sus actitudes ni sobre las miles de pláticas sobre hermanitos que hemos tenido en estos meses e incluso antes de que su hermanito llegara a mi vientre.

Basta de comentarios que insinúan que mi hijo se volverá de una u otra manera. Basta de crearme incertidumbre e inseguridad.

Nuestro bebé llegará a un hogar de amor en donde lo esperamos con ansias. Y aunque los niños son impredecibles y no estamos seguros de cómo actuarán, estoy segura del amor que mi hijo siente ya por su hermanito, estoy segura de las ansias con la que espera su llegada impaciente y de que no habrá mejor pareja que ellos dos juntos.


Por favor, si eres de este tipo de personas, para.

Si no tienes algún comentario que sume algo positivo a la madre en espera, guarda silencio.


Y dejemos de esperar a la expectativa el cambio de actitud de forma negativa de los primeros hijos, que muchas veces son los más emocionados y lo único que necesitan es información sobre los cambios que se acercan para no terminar siendo el hermanito “celoso” que todo el mundo piensa o espera que sea.




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