Si yo fuera una escultura
- anac
- 5 ene 2019
- 4 Min. de lectura
Les cuento que pasó hoy...
Una amiga de esas que se saben tu vida al derecho y al revés me mandó ayer un screenshot de mi post en donde les contaba que me había intoxicado y decía “es neta tu mala racha?” Y pues le contesté “si wey necesito una limpia” a lo que dijo “como tres amiga”... empezamos la plática de porqué yo siendo una mujer relativamente sana me la he pasado enferma desde hace exactamente dos meses... y en el fondo lo sé... se que el cuerpo te pasa la factura de lo que no haz llorado, de lo que no haz soltado, de tus miedos y tus corajes. Dos meses exactamente llevo enferma. Los mismos dos que han pasado desde que perdí a mi bebito rojo.
La vida no me da tiempo de sentarme a llorar, pero se que algo adentro me duele cada mañana que abro los ojos hasta el momento que los cierro por las noches.
Me hizo un par de recomendaciones que luego les platicaré y después cambiamos el tema.
Hoy manejaba sin rumbo mientras Jacobo dormía en la camioneta y pensaba en cómo realmente me siento. Pensaba en escarbar en lo más profundo de mi para encontrar exactamente como me siento porque soy de esas personas a las que no les gusta hablar de sus emociones y me es sumamente difícil encontrarlas. Y de repente encontré exactamente la descripción.
Me dije que siento que me arrancaron una parte de mi, y que sigo mi vida sin ella... y en ese momento recordé aquel viaje que hice con Sergio a Roma en el 2016, embarazada de Jacobo. Entrando al hotel tenían una escultura que me estremeció cuando la vi, me impactó tanto que no podía parar de verla y pregunté en el lobby por qué la tenían ahí y de quién era. Le tomé una foto y cada vez que entrábamos o salíamos la observaba unos segundos fijamente. Hoy busqué la foto porque nunca me había sentido más identificada con una escultura que hoy. Y vaya que no soy nada artística, de arte se lo mismo que de japonés o sea nada en absoluto. Y busqué la foto en el carrete del celular pero no la encontré... así que como una loca me estacioné y empecé a buscar en “Google” de todas las maneras que se me ocurría la famosa estatua. Y de repente me topé estas... no estoy segura cual de ellas era... recuerdo que era un hombre incompleto cargando al mundo, pero me queda más la de la mujer incompleta de esta colección del artista Francés “Bruno Catalano” que le llamó “Los Viajeros” y son una serie de personas incompletas cargando una maleta por la vida.... no se, a mi me duele y me impacta verlos. Pero siento que encontré mi yo en este momento. Me siento ella. Caminando incompleta por la vida con una maleta de “vida” pero incompleta. No se si me explico. Me siento muy contenta de haber encontrado esta escultura. Me deja ver físicamente en qué tengo que trabajar. Y es extraño, siento que si yo fuera una escultura hoy sería esa mujer viajera por la vida con un agujero que ansío pegar pero que las piezas aún no se donde encontrarlas aunque se que irán llegando con el tiempo. Tal vez me falta llorar más, hablar más, soltar más... pero es un tema que me pesa mucho. Creo que solo yo conozco el gran significado de ese pequeñito en mi vida y me duele que no lo haya podido conservar.
Pienso en el artista que hizo esta colección. Una colección que me parece muy valiente. Me parece fuerte el tema. Estoy segura que cada uno podemos identificarnos en alguno de sus viajeros. Detenernos e identificar cuál es la causa de nuestro existir incompleto, qué parte de nuestro cuerpo nos falta, cuando y por qué la perdimos. O probablemente no seas ninguno de los viajeros, probablemente seas el escultor y en vez de estar faltándote una parte tu mismo eres quien vuelve incompletas a otras personas. Hay tanto que reflexionar sobre esta colección. Sobre cómo caminamos incompletos por la vida, y nos topamos a personas igual de incompletas y pasamos a su lado sin detenernos a ayudar. Tal vez podríamos armarnos entre nosotros. Tal vez pudiéramos reconstruírnos unos a otros o por lo menos evitar que sigamos estando cada vez más incompletos. Ahora que la encontré quiero saber todo sobre ella porque siento que para empezar el año es una reflexión fuertísima que puedo aprovechar. De ninguna manera me gustaría ser yo la escultora y andar por la vida dejando viajeros incompletos, así como tampoco quiero ser ella... incompleta, cargando vida con pedazos faltantes. Quiero que la siguiente vez que me de un tiempo de reflexión pueda decir que no me identifico ni con el escultor ni con ninguno de sus viajeros.
Espero que encuentres algo que te sirva en esta pequeña reflexión y que puedas ver el hermoso y duro significado detrás de estas figuras de bronce, tan sugerentes, en donde el escultor nos da la mitad y nosotros ayudamos a construir el resto en nuestra mente... cada uno una historia y cada uno le construye la parte faltante a la escultura conforme a los colores y formas que guste. Me impresionó mucho. Me parece una colección como ya lo dije dura, valiente, y fuerte.
AnaC.

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