Al papá de Jacobo

Tu segundo día del padre desde que nació nuestro hijo.

Se que no ha sido fácil. Se que ser papá ha sido un reto muy fuerte para ti. Se que tal vez eres joven para serlo.

Cuando te elegí para ser mi amigo admiraba de ti tu buen humor. Cuando te elegí para ser mi novio admiraba de ti tu compromiso. Cuando te elegí para ser mi esposo admiraba de ti tu entrega. Cuando te elegí para ser el padre de mis hijos admiraba de ti el hijo que eres con tus padres.

Se que en ninguno de los momentos anteriores fallé, no me equivoqué en ninguna de mis elecciones, veo en ti el padre que quiero para nuestro Jacobo.

Cuando nuestro hijo nació se te veía la cara de miedo, estabas asustado, indefenso, como si no hubieras estudiado para el examen. Me daba ternura ver como asimilabas toda esta situación y este enredo de que ahora tenías un pequeño bebé de 53 cms y 2.870kg que dependía de ti y de mi todo el día y todos los días en adelante.

Siempre estuviste pendiente de nosotros desde el primer día. Días buenos, días difíciles, días imposibles y días que preferimos olvidar. Días en los que estuviste presente, días en los que yo no podía huir porque tu ya habías huido primero y alguien debía quedarse...

Pero nunca fuiste lo suficientemente lejos como para pensar que no te importábamos.

Cambiaste. Jacobo nos cambió. Admiro la manera en la que lo hiciste. Por nosotros. Por amor.

Soy testigo de tu cambio de estilo de vida, de tu dedicación al ejercicio, a la buena alimentación, a la familia y al hogar.

Soy testigo de tus sacrificios, de tus renuncias y de tus planes.

Amo el lugar que nos das a tu familia y disfruto ver como Jacobo te admira, te imita, eres en tan solo un año y algunos meses el héroe de nuestro hijo, su imagen a seguir, su ejemplo, su guía, fuiste su primer palabra y se que te has ganado ese lugar y que nada ni nadie podrá nunca reemplazarlo.

Ser papá es mucho más que ser proveedor, es ser padre, paternar, enseñar, criar, cuidar, a la par que mamá. Te he visto leer cuentos, bañar bebé, cambiar pañales, jugar en el suelo, hacerte cargo, y no, no te agradeceré por hacerlo, pero si te diré que verte amar a tu hijo me enamora cada día más de ti.

Te amo siempre.

Feliz segundo día del Padre.